Sacerdotes y Religiosos del Verbo Incarnado

LA ESENCIA DE NUESTRA MISIÓN.

El IVE toma su nombre del acontecimiento de la Encarnación, que es el «misterio primero y fundamental de Jesucristo» (San Juan Pablo II). La Palabra de Dios vino al mundo, tomó una naturaleza humana y vivió como un hombre para salvarnos.

Queremos ser como otra encarnación del Verbo, para que la encarnación de Cristo se haga presente en toda la humanidad, «para llevar a Cristo todas las cosas» (Ef, 1-10).

Por esto, nuestro fin específico es la evangelización de la cultura, de tal manera que el Evangelio hunda sus raíces en la vida y cultura de cada nación.

Por eso comprometemos todas nuestras fuerzas para inculturar el Evangelio, es decir para prolongar la Encarnación «en todo hombre, en todo el hombre y en todas las manifestaciones del hombre» (Constituciones N 5), rechazando cualquier forma de pecado o mentira. (Para mayor información sobre nuestra Espiritualidad, haga clic aquí).

A imitación de Cristo, que se hace hombre sin dejar de ser Dios, queremos aprender a estar en el mundo “sin ser del mundo”. Sabemos que debemos ir al mundo para convertirlo pero sin mimetizarnos con él. Buscamos ir a la cultura y a las culturas del hombre no para convertirnos en ellas, sino para sanarlas y elevarlas con la fuerza del Evangelio, haciendo, análogamente, lo que hizo Cristo: “Suprimió lo diabólico, asumió lo humano y le comunicó lo divino”.

ÁMBITOS DE EVANGELIZACIÓN

Trabajamos en las áreas de mayor influencia de la cultura para difundir el mensaje del Evangelio: en las familias, en la educación, en los medios de comunicación, con los jóvenes, con los hombres de pensamiento y en todas las demás legítimas expresiones de la naturaleza humana.

NUESTRA FUERZA

Buscamos vivir una vida espiritual intensa que toma su fuerza del Santísimo Sacramento en la celebración de la Santa Misa y en la Adoración Eucarística.

Ponemos todas nuestras obras en las manos maternales de la Madre de Dios. Queremos forjar nuestra alma a través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Y confiando en la ayuda de Dios, nos lanzamos a predicar el Evangelio de Cristo dondequiera Dios nos envíe. (Para ver más sobre nuestra misión, haga clic aquí).

FORMACIÓN

Deseamos formar hombres virtuosos (de “vir” y de “vis”: que tengan la fuerza del varón) según la doctrina de los grandes maestros de la vida espiritual, en especial: San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Luis María Grignion de Montfort, Santa Teresita del Niño Jesús y de todos los santos de todos los tiempos que la Iglesia propone como ejemplares para que imitemos sus virtudes.

La formación intelectual de los miembros del IVE consiste en el estudio de la filosofía y la teología (Sagradas Escrituras y Moral). Ésta se desarrolla bajo el magisterio de Santo Tomás de Aquino, y de sus discípulos actuales entre los cuales destaca el Padre Doctor Cornelio Fabro. Esto lo hacemos porque “la Iglesia ha proclamado que la doctrina de Santo Tomás es su propia doctrina” (Benedicto XV, Encíclica sobre el VII centenario del nacimiento de Santo Domingo, Fausto Appetente Die, 4b.). Haga clic aquí para saber más sobre nuestra formación.

RITOS

Somos miembros de una única familia religiosa misionera, y ante todo, somos hijos de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica que «respira» con dos pulmones: el oriental y el occidental.

Trabajamos apostólicamente en territorios pertenecientes a la Iglesia Latina y a la Iglesia Oriental Católica. Por tanto, nuestro Instituto posee también miembros de la Iglesia Oriental que misionan en diversas iglesias sujetas a la observancia de sus propios ritos.

RAMA APOSTÓLICA Y CONTEMPLATIVA

El Instituto cuenta con dos ramas: apóstolica y contemplativa. (Haga clic aquí para saber más sobre la vida contemplativa). Como una única familia sabemos que gracias a la oración y sacrificio de quienes se consagran a Dios en la vida contemplativa, el Señor suscita predicadores, confesores, directores espirituales, misioneros, para que transmitan la verdad a los hombres, por lo que verdaderamente puede decirse que otros transmiten lo que ellos contemplan.

EL ESCUDO DEL IVE

LA ESPADA: Nuestra misión es predicar: «Tendrán en sus bocas la espada de dos filos de la Palabra de Dios» (Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen María).

LA CRUZ ROJA: Toda obra toma su fuerza de la sangre de Cristo derramada por nuestra redención.

EL FONDO BLANCO: símbolo de la pureza de todas las obras hechas sólo por Dios.

LA CORONA: representa la realeza de Cristo.

LAS TRES LLAMAS: son los tres consejos evangélicos (votos de pobreza, castidad y obediencia).

EL LIRIO (flor de lis): significa nuestro cuarto voto de consagración a la Virgen María en Materna Esclavitud de amor.

LAS LETRAS V, C, F, E: quieren decir Verbum Caro Factum Est (el Verbo se hizo carne), porque somos la Familia Religiosa del Verbo Encarnado. Estas palabras están tomadas del Evangelio de San Juan, en el que se describe el acontecimiento de la Encarnación (Jn 1, 14).

EL ROSARIO: es nuestra devoción a la Virgen María, su materna protección, su presencia en nuestras vidas y en las obras apostólicas.